sábado, 21 de mayo de 2016

Menos es más


Hay una parte en mi novela que dice:

"Me volví a contar los dedos de las manos, definitivamente seguía teniendo diez." 

Cuando en el manuscrito escribí algo así como:

"Me volví a contar los dedos de las manos, definitivamente seguía teniendo diez, de estos sólo se necesitan tres o cuatro para escribir dependiendo de la forma de agarrar el lápiz. El meñique funciona como eje de apoyo pero hay quienes escriben a mano alzada, si es que todavía hay quien utilice el cuaderno de notas para hacer los borradores. En lo que a mi respecta el uso de la computadora despersonaliza la labor del escritor. A mi me gusta acabar con las uñas mugrosas y los dedos manchados de grafito, salpicado por las basuritas que deja la goma de migajón."

Momento me dije, ¿ahora en tu novela te vas a poner a dar clases acerca de la forma correcta de agarrar un lápiz? ¿Qué le importa al lector si te gusta bañarte en la basurita que deja el sacapuntas? ¿Qué les importa si prefiero las libretas llenas de garabatos antes de sentarme frente a Word?

No se trata de llenar párrafo tras párrafo con un montón de palabrería que aburriría al lector. Menos es más. Lo esencial es lo mejor.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Lo difícil es empezar


Una vez que tienes el inicio lo demás es fácil. Como coser y cantar. A veces siento que la novela se escribe sola, bueno, no en realidad. Creo que escribí dos o tres inicios distintos hasta dar con el que me gustaba, los otros eran muy malos. No sólo eso, además hay que revisar y corregir, aunque hay quienes me han aconsejado que eso lo deje hasta el final, y creo que tienen razón, pero en ocasiones me obsesiono tanto con mi trabajo que me encuentro regresando a los mismos párrafos una y otra vez. No estoy contento sino hasta leerlo como me gustaría encontrarlo en cualquier otro autor que no fuera yo. 

Para darle el tono apropiado debería estar leyendo a John Fante, Bukowski, Pedro Juan Gutiérrez, el Burócrata de César Chowell, Kennedy Toole... ¿Qué hago en lugar? Estoy con un librito de Gutiérrez Nájera, que tampoco es malo.

Pasa que una vez que empiezo con un libro no puedo parar a menos que sea muy malo. Cosas que he dejado de lado: algún par de best sellers, la filosofía de Jean Paul Sartre, y varias cosas de poesía nacional, más que nada porque soy demasiado bruto como para entenderla.

Aquí la cosa es que mi personaje principal es un poeta, creo que como tal debería tener un repertorio mucho más amplio que el mío...

¿Alguna sugerencia?