jueves, 22 de septiembre de 2016

Internet


Cuando tenía dieciocho, veinte años, ni siquiera me gustaban los libros. 
¡La música! Eso era otra cosa. Ahorraba a lo largo de toda la semana, lo que me sobraba de los pasajes, para poder, en el viernes, comprar un CD en la tienda Melody.
Tenía gustos diversos pero me convertí en un verdadero fan del Hip Hop, aunque también escuchaba Punk y Reggae. Con el tiempo me metería en un montón de cosas, desde Oldies hasta Rock Progresivo (aunque nunca me ha gustado Pink Floyd).
Muchas veces me veía caminando para ahorrar lo de un camión, pero cuando tenía el CD en mis manos, y lo escuchaba por primera vez, esas caminatas bajo el sol valían la pena.

Empecé a interesarme en los libros sin la menor idea de que un día me dedicaría a hacerlos.
Ya que no logré convertirme en músico, espero algún día ser un buen escritor.

Dejo acá el capítulo 6

¡Agradezco a todos cada una de las observaciones que me han dejado!

No dejen de hacerlas.

martes, 13 de septiembre de 2016

Hay dos clases de poetas


Estoy a la mitad del proyecto y creo que estoy bien con los tiempos. La próxima entrega es a finales de septiembre y estoy recuperando el tiempo perdido. Me he propuesto una cuartilla por día, cosa que hasta hoy he logrado. Curiosamente ahora estoy trabajando en un capítulo de la novela donde el poeta se ha propuesto escribir un poema por día, cosa que por distintos motivos no logra alcanzar. 

Me divierte hacer lo que hago y eso también es importante.

Dejo acá un enlace  con el capítulo 5

lunes, 5 de septiembre de 2016

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Pensaba invertir el dinero de la beca en un montón de cosas que pudiera utilizar para escribir. Pensé, por ejemplo, en organizadores gráficos, pizarrón de corcho, tachuelas, post its, pintarrones, plumones, etc., Cualquier invento que me sirviera para darle sentido, asegurarle un curso a mi trabajo.

Ahora me alegra no haberlo hecho. Creo que sólo serían acumuladores de ocio, y servirían como excusa para perder el tiempo; tiempo que debería dedicarle a la novela. 

Tal vez diría algo así como: "no podré escribir sino hasta que le encuentre un sentido a todo esto" un sentido que tal vez no existiría.

Escribo en un cuaderno de los Jean Book, una libreta que ni siquiera compré yo. La encontré en la casa. Tal vez la dejaría una de mis hermanas. 

Escribo a lápiz, hasta ahora me he gastado seis.

He estado acumulando la chingaderita de lápiz que sobra, pedacitos de unos diez centímetros, o menos, para ver cuántos me acabo al final del proyecto.

El dinero que le he invertido a la novela podría decirse que es en libros, y hasta eso no creo que haya comprado tantos. El que me gustaría adquirir ahora es el de Natsume Soseki, Soy un gato, que retrata con humor el punto de vista de un gato que vive con su amo, que es maestro.

Ya veremos, la bebé necesita pañales 

y Lisa necesita frenos.