viernes, 30 de diciembre de 2016

Bruno Muro, el poeta

Otro de los puntos con que he acompañado a la novela es la creación de estos pequeños poemas. Hasta ahora, y creo que serán todos, puedo contar entre ocho o nueve. Trabajé en la producción de algunos más, pero de alguna forma no les vi entrada en el texto, así que por lo pronto los dejaré por ahí, tal vez a futuro pueda sacárseles algo de provecho...

Capítulo 14 aquí

martes, 13 de diciembre de 2016

Ramoncito



Hace poco tiempo mi tutor me preguntó si ya tenía una idea acerca del final o si bien, prefería dejar que la escritura corriera y el final saliera por si mismo. Le dije que tengo una idea general acerca del final, pero al mirar hacia atrás y contemplar el proyecto que se planteó al inicio, me doy cuenta de que la segunda parte dos tomó una vertiente muy distinta a la que se contempló en un principio, esto como una estrategia para darle más agilidad a la novela. Dentro de los primeros capítulos de la tercera parte me doy cuenta de que está tomando un rumbo distinto al planteado en primer lugar. Así que no, no estoy del todo seguro del final que la novela vaya a tomar. Dejaremos que la escritura hable por si sola.

Primera parte. Capítulo 13

lunes, 5 de diciembre de 2016

Era Olga... ¿o era Nadia?


Ustedes no están para saberlo ni yo para contarlo, pero cada vez que encuentro un epígrafe para la novela me da un montón de gusto. 

Es como encontrar una moneda en la bolsa del pantalón que  ya no habías usado. Pero no estoy aquí para hablar de pantalones ni de monedas, sino del momento en que la puerca tuerce el rabo.

Capítulo 12 


miércoles, 30 de noviembre de 2016

La tierra no se está moviendo








¿Ya te diste cuenta?

El mundo no se está moviendo, no gira sobre su propio eje como un balón en el dedo de un basquetbolista profesional. Al menos eso es lo que pienso. ¿Por qué? sencillamente no creo que lo haga y ahora es muy tarde como para convertirme en astronauta y comprobarlo. 

De cualquier forma decidí meter esta idea dentro de la novela, aunque admito que un principio no la tenía contemplada. 

Fue el motivo de que tuviera que regresar algunos capítulos atrás y trabajar en 

algunos cambios. 

Me gusta el resultado.

Aunque este capítulo sea muy corto 

sábado, 19 de noviembre de 2016

Tres palabras



Hace algunos años tuve una discusión con cierto tipo cuyo nombre no recuerdo. Él decía que sólo deberías leer a escritores que fueran afines a lo que intentas escribir. Yo le decía que uno sencillamente debería leer de todo.

Leer cualquier tipo de género, subgénero literario, me ha abierto las puertas a un mundo de autores a los que de otra forma no pude haber llegado. Además siempre he creído que no se puede escribir muy bien si no se lee con frecuencia: a mayor diversidad, mejores resultados. También hay autores que no puedo soltar, como lo es en el caso de Bukowski, quien siempre está ahí para decirme: este es el camino; lee lo que quieras pero al escribir no te alejes demasiado.

Lo que quiero decir es que la novela avanza bien. Hace algunos días terminé con la segunda parte y arranca la tercera con todo, al menos eso es lo que creo. Ya lo veremos...

Primera parte. Capítulo 10

jueves, 10 de noviembre de 2016

¿Cuántos lápices se requieren para escribir una novela?



Algunas cosas por aclarar: 

he estado trabajando en los epígrafes de la novela, a veces utilizando el truco del azar, cansado de no encontrar alguno que le venga al capítulo. Lo curioso es que en ocasiones resulta: tomo un libro de versos, lo abro en la página cualquiera y ¡magia! ahí estaba el condenado epígrafe que estaba buscando. Claro, no siempre resulta. Lo mejor es leer con calma cada poema. Ahora estoy con un compilado de poesía mexicana que abarca de 1915 a 1966. Son poco más de 400 pags de poesía, poetas y reseñas biográficas.

Dejo por acá un pequeño capítulo donde hablo de catfish y relaciones de pareja en general, o algo así.

Por cierto, hasta ahora llevo 9 lápices, veremos cuántos resultan.




sábado, 29 de octubre de 2016

El martillo


Cuánto trabajo y yo acá, tan tranquilo...

A un tercio de terminar con la novela, decidiendo entre los capítulos, las ideas, las frases, la palabra con qué terminar, de pronto se me ocurre meterme en edición. A partir de la edición me doy cuenta de que hay una idea que no estoy explotando, al menos no como debería. 

Es un proyecto de una vez en la vida, me digo, hazlo como quieras, pero da lo mejor, no te quedes con la idea de que pudo haber sido otra cosa.

Me regreso a trabajar en algunos capítulos. La corrección de esos capítulos exige trabajar en otros más. Son fichas de dominó: si tumbas una, las demás caen por inercia.

Intento seguir escribiendo en lo que sería el final de la segunda parte y pretendo comenzar con la tercera y última. Empezaré a trabajar con mayor fuerza en los capítulos nuevos a partir de noviembre. Espero a mediados de diciembre tener terminado el producto y meterme de lleno al trabajo de edición, corrección, y la camisa de once varas que representan los epígrafes...

Nada que no pueda hacerse. Me digo. 

Mientras tanto dejo por acá el capítulo 8 de la primera parte. Sus observaciones, comentarios, preguntas, son bien recibidos. 

miércoles, 12 de octubre de 2016

Epígrafes I



Hasta el momento estos son los epígrafes que he utilizado dentro de la novela.

La poesía me ha acompañado a lo largo de todo este proceso. Me considero afortunado. 




teníamos la nada
y era suficiente

Julio Ceballos Vega

No tengo el delirio vano
de querer ser universal,
ni siquiera continental,
me basta ser poeta mexicano…

José Juan Tablada 

Había fallado en todo
pero así […]
cada día
me adentro
un poco más
en la inex<pe>riencia
de todas las cosas.

Javier Acosta

me hacía sentir realmente mal.
me había resignado a morir solo
en un cuarto pequeño.
y ahora ella trataba de deshacer
mi plan maestro.

Charles Bukowski


Hay dos clases de poetas modernos:
aquellos, sutiles y profundos,
que adivinan la esencia de las cosas y escriben:
“Lucero, luz cero, luz Eros, la garganta de la luz pare colores”, etcétera,
y aquellos que se tropiezan con una piedra y dicen: “pinche piedra”.

Jaime Sabines

¿Qué angel malo se paró en la puerta de tu sonrisa
Con la espada en la mano?

Vicente Huidobro 

Estoy colgado aquí: espantapájaros de amantes.

Ezra Pound

El mundo que camina en mi interior
es un mundo fuera de todo alcance.

Paul Auster

Éste es un amor que tuvo su origen
y en un principio no era sino un poco de miedo
y una ternura que no quería nacer y hacerse fruto.

Efraín Huerta

¡Qué lástima! Cuando estás hecho
para las hermosas y grandes hazañas,
este injusto destino tuyo siempre
te niega el estímulo y el triunfo.

Cavafis

La dama era tan hermosa
que no te habrías atrevido a amarla.

Apollinaire

y la llovizna se convierte en la lluvia
con las gotas más lentas y pesadas.

Óscar de Pablo


Aunque no puedas hacer tu vida como quieras,
inténtalo al menos
cuanto puedas…

Cavafis

No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.

Fernando Pessoa 

He escrito bastantes poemas.
He de escribir más, naturalmente.
Cada poema mío dice esto,
y todos mis poemas son diferentes…

Fernando Pessoa 


Quiero escribir, pero me sale espuma…

César Vallejo


¿Qué debo hacer si no logro escribir una palabra?

Julio Ceballos Vega

Está bien que hagas versos en tus ratos libres,
 pero no le des vueltas: dedícate a un trabajo decente.
Mejor aún: procura que nadie sepa que haces versos,
no vayan a pensar que no se puede contar contigo,
que eres bohemio, soñador e irresponsable.

Gabriel Zaid

No queda nada de sus cosas
pero sí, del tercer aroma
que llevó a nuestra casa
y adopté como mío
para no saberme sin ella
ni escribir que extraño
que regrese con nosotros.

Julio Ceballos Vega


En mi soledad
vi claras muchas cosas
que no eran verdad.

Antonio Machado

Como todo el proceso que resulta de la búsqueda y selección de los respectivos, podemos decir que algunos de estos todavía podrían estar sujetos a cambios.

lunes, 3 de octubre de 2016

Cinco, diez, quince minutos


Acabo de entregar el cuarto reporte. Dos reportes más y será el final de un año de trabajo; hay asuntos pendientes como mi retribución social. Mi tutor me pregunta en que porcentaje llevo la novela; me gustaría pensar que llevo más de la mitad, me acerco al final de la segunda parte. Aún me falta la tercera parte, que sería el final. 

Los finales, dar un buen cierre, es todo un reto. He estado pensando en algunos posibles desenlaces, lo cierto es que aún no estoy seguro del lugar en que quiero dejar al personaje. Creo que es cuestión de escribir y escribir, el final ha de llegar. 

Trabajar en la novela me ha ayudado a recordar y como dicen: recordar es vivir, y todos queremos vivir más.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Internet


Cuando tenía dieciocho, veinte años, ni siquiera me gustaban los libros. 
¡La música! Eso era otra cosa. Ahorraba a lo largo de toda la semana, lo que me sobraba de los pasajes, para poder, en el viernes, comprar un CD en la tienda Melody.
Tenía gustos diversos pero me convertí en un verdadero fan del Hip Hop, aunque también escuchaba Punk y Reggae. Con el tiempo me metería en un montón de cosas, desde Oldies hasta Rock Progresivo (aunque nunca me ha gustado Pink Floyd).
Muchas veces me veía caminando para ahorrar lo de un camión, pero cuando tenía el CD en mis manos, y lo escuchaba por primera vez, esas caminatas bajo el sol valían la pena.

Empecé a interesarme en los libros sin la menor idea de que un día me dedicaría a hacerlos.
Ya que no logré convertirme en músico, espero algún día ser un buen escritor.

Dejo acá el capítulo 6

¡Agradezco a todos cada una de las observaciones que me han dejado!

No dejen de hacerlas.

martes, 13 de septiembre de 2016

Hay dos clases de poetas


Estoy a la mitad del proyecto y creo que estoy bien con los tiempos. La próxima entrega es a finales de septiembre y estoy recuperando el tiempo perdido. Me he propuesto una cuartilla por día, cosa que hasta hoy he logrado. Curiosamente ahora estoy trabajando en un capítulo de la novela donde el poeta se ha propuesto escribir un poema por día, cosa que por distintos motivos no logra alcanzar. 

Me divierte hacer lo que hago y eso también es importante.

Dejo acá un enlace  con el capítulo 5

lunes, 5 de septiembre de 2016

$___$


Pensaba invertir el dinero de la beca en un montón de cosas que pudiera utilizar para escribir. Pensé, por ejemplo, en organizadores gráficos, pizarrón de corcho, tachuelas, post its, pintarrones, plumones, etc., Cualquier invento que me sirviera para darle sentido, asegurarle un curso a mi trabajo.

Ahora me alegra no haberlo hecho. Creo que sólo serían acumuladores de ocio, y servirían como excusa para perder el tiempo; tiempo que debería dedicarle a la novela. 

Tal vez diría algo así como: "no podré escribir sino hasta que le encuentre un sentido a todo esto" un sentido que tal vez no existiría.

Escribo en un cuaderno de los Jean Book, una libreta que ni siquiera compré yo. La encontré en la casa. Tal vez la dejaría una de mis hermanas. 

Escribo a lápiz, hasta ahora me he gastado seis.

He estado acumulando la chingaderita de lápiz que sobra, pedacitos de unos diez centímetros, o menos, para ver cuántos me acabo al final del proyecto.

El dinero que le he invertido a la novela podría decirse que es en libros, y hasta eso no creo que haya comprado tantos. El que me gustaría adquirir ahora es el de Natsume Soseki, Soy un gato, que retrata con humor el punto de vista de un gato que vive con su amo, que es maestro.

Ya veremos, la bebé necesita pañales 

y Lisa necesita frenos.

sábado, 20 de agosto de 2016

Con el rabo entre las patas





Actualmente me encuentro trabajando en los primeros capítulos de la segunda parte, esto sin dejar de lado la revisión. Vuelvo a leer el producto cada que tengo oportunidad y me doy cuenta de que tal idea sonaría mucho mejor si sustituyera ciertas palabras, o dado el caso, eliminar ideas completas. No me cuesta trabajo presionar el suprimir. Leo, releo y si no me convence del todo, eso se tiene que ir.

¿Alguna otra cosa?
No olviden comentar...
Capitulo 4 aquí

martes, 9 de agosto de 2016

Cano de Luna: el Profesor



Epígrafes; una parte importante de mi proyecto fue la idea de agregar un epígrafe poético por cada capítulo. Para esto me encuentro leyendo poesía como nunca. Lógicamente estos deben embonar. 

Todavía hay algunos capítulos, como este, que no lo tienen, pienso que no debería detenerme tanto en ellos sino seguir escribiendo.

Poco a poco los voy encontrando.

jueves, 4 de agosto de 2016

Apuntes sobre Aspectos de la novela II



Definamos el argumento. Hemos descrito la historia como una narración de sucesos ordenada temporalmente. Un argumento es también una narración de sucesos, pero el énfasis recae en la casualidad. Una historia es: "El rey murió y luego murió la reina". Un argumento es: "El rey murió y luego la reina murió de pena". Se conserva el orden temporal, pero se ve eclipsado por la sensación de causalidad. O también: "La reina murió, nadie sabía porqué, hasta que se descubrió que fue de pena por la muerte del rey". Este es un argumento con misterio, forma que admite un desarrollo superior. Suspende el orden temporal y se distancia de la historia tanto como lo permiten sus limitaciones. Consideremos la muerte de la reina. Si es una historia, preguntaremos: "¿Y luego, qué pasó?" Si es un argumento, preguntaremos: "¿Por qué?" Esta es la diferencia fundamental entre estos dos aspectos de la novela.

...

La memoria y la inteligencia se hallan íntimamente relacionadas, pues sin recordar no podemos entender. Si cuando muere la reina hemos olvidado la existencia del rey, nunca descubriremos lo que causó su muerte. El argumentista confía en que nosotros recordemos y nosotros esperamos de él que no deje cabos sueltos. Cada acto o cada palabra del argumento deben contar; la trama debe ser económica y sucinta; incluso cuando es complicada debe ser orgánica y estar exenta de materia inerte. Puede ser difícil o fácil, puede -y debe- albergar misterios, pero no debe confundir.

Edward Morgan Forster



miércoles, 13 de julio de 2016

Cano de Luna: el Poeta


Para esta novela intenté hacer un cambio en la forma que había utilizado en mis trabajos previos; solía narrar en tiempo pasado. 

Luego de haber leído varios autores que emplearon el tiempo presente, se abrió ante mis ojos todo un nuevo panorama. 

Enlace

jueves, 7 de julio de 2016

Toma dos


He trabajado algunos cambios en la novela. 

Según como lo entiendo cada línea debe contar y estas en particular no contaban mucho, se trata de algunas ideas que sonaban bien en mi cabeza, pero no supe trasladar al papel, o no lo hice con la intensidad que deseaba.

En este sentido tenemos cosas que se tuvieron que ir, como ese párrafo donde criticaba a los largos prólogos que alaban a los poetas muertos. (Tal vez pueda reciclar esta idea, trabajarla y agregarla más delante.)

También le dije adiós a las parejas de escritores. Las parejas que no terminaron bien. Creo que lo que quise decir ya estaba escrito y este fragmento sólo le estorbaba.

Por otra parte reconstruí algunas frases para darle más agilidad y trabajé en el aumento de ciertos capítulos que se quedaban muy cortos. 

Como diría un director de cine, la primera toma quedó bien, pero puede quedar mejor. 

Estoy por terminar la primera parte y me siento entusiasta por lo que viene. 

jueves, 23 de junio de 2016

Tres tristes tazas




Eureka, creo que ya descubrí la forma de subir archivos de texto al Blog.
Creo que habilité la opción de hacerle comentarios así que háganlos.

Si hay problema con el enlace, favor de hacérmelo saber. 

Enlace

miércoles, 15 de junio de 2016

Apuntes sobre Aspectos de la novela I

¿En qué se diferencian las personas de una novela de las personas como el novelista, como usted, como yo o como la reina Victoria?

Tiene que haber una diferencia: si un personaje de una novela es idéntico a la reina Victoria, entonces es que la reina Victoria, y la novela, o todo lo que toca el personaje, se convierte en un libro de memorias...

Al historiador le interesan las acciones; los personajes humanos solamente le interesan en la medida en que pueden deducirse de sus acciones. Le preocupa tanto el personaje como al novelista, pero sólo puede conocer su existencia cuando se manifiesta exteriormente... 

La función del novelista es revelar la vida interior en su origen: decirnos de la reina Victoria más de lo que podíamos haber sabido, produciendo un personaje que no es la histórica reina Victoria.
Ese interesante y sensible crítico francés que escribe bajo el seudónimo de Alain afirma que todo ser humano posee dos facetas, una apropiada para la Historia y otra para la ficción.
Todo lo observable en un hombre -es decir, sus acciones y la existencia espiritual que se deduce de sus acciones- pertenece al dominio de la Historia, pero su faceta novelesca o romántica abarca "la pura pasión, es decir, los sueños, gozos, penas y autoconfesiones que la educación o la vergüenza le impiden expresar" y el mostrar esta faceta de la naturaleza humana es una de las principales funciones de la novela. 

Edward Morgan Forster

miércoles, 8 de junio de 2016

Por las ramas



Estoy por terminar con El barón rampante de Italo Calvino, la historia del chico que en su berrinche se trepa a un árbol para no volver a poner un pie en la tierra.
Contrario a lo que podría pensarse resulta más útil arriba de lo que pudo haber sido abajo, además se vuelve una persona bien preparada: sabe cazar, conoce de libros, organiza una patrulla antiincendios, en fin, todo un estuche de monerías.
El personaje es autosuficiente y solidario, mira por el bien común.

Ahora bien, mi personaje no sabe cazar ni le interesa el bien común, (al menos no tanto como el propio), y parece el tipo de persona que podría desatar un incendio en cualquier instante.

La novela retoma su curso.

También he estado apropiándome de mayor acervo poético, ahora por cada tres libros que saco de la biblioteca procuro dejar un espacio para la poesía. Lo último que he leído: algo de Efraín Huerta, que siempre me ha gustado, y un tumbaburros de Ezra Pound. Me llama la atención que este último haya pasado parte de su vida en un manicomio. A veces hago trabajo de investigación, por ejemplo hay una parte en la novela donde hablo sobre relaciones entre escritores; me avoqué sólo a las parejas que fracasaron. Las relaciones bonitas, perdurables ¿a quién le interesan?
Tal ves pueda averiguar algo sobre Pound que me sea de provecho.

También estoy leyendo la poesía de Paul Auster y tengo que decirlo: no me fascina tanto como su narrativa. ¡Ah! casi lo olvido, estoy bien metido entre las páginas del autor cuyo estilo me ha dado un nuevo impulso: Así es como la pierdes de Junot Díaz.

En tanto siga escribiendo la novela y encuentre la forma de adjuntar archivos de texto en el Blog, próximamente la estaré compartiendo.

domingo, 5 de junio de 2016

Hormigas en miel



Breve lista con las cosas que no me dejan escribir:


  1. Beber. Aunque a veces sirve por lo general no es de gran ayuda. Si empiezo un día necesito dos o tres. Ni hablar de tomar un libro cuando estoy crudo. Las palabras se vuelven hormigas atrapadas en un derrame de miel. 
  2. Nuevas ofertas de trabajo. Menos tiempo libre. Mayor carga horaria.
  3. Facebook. ¿Qué hago ahí? nada, perder el tiempo. Ya ni siquiera me hace reír.
  4. La televisión. Me gusta Investigation Discovery. Puedo verlo durante horas hasta que mi esposa viene y dice: "ya tienes mucho rato viendo ese canal, mejor hay que cambiarle".
  5. Dormir. Cosa que a veces resulta útil.

Recuerdo aquélla crónica sobre un libro que se cocinaba en el underground: la historia de un vagabundo con título universitario que se traía en manos la historia oral de no sé qué tantos. El tipo de libro que cambiaría la forma de hacer las cosas, una empresa de titanes. Lo curioso era que siempre que le pedían mostrar sus avances para darles revisión, el autor, que era un excéntrico, daba mil pretextos, se portaba evasivo.
El periodista descubre a final de cuentas que no existe tal libro, el escritor deliraba con todo lo que pudo haber escrito, cosa que nunca hizo. 

Dios me libre.
Por lo pronto la novela avanza como un pony pastando en el zoológico, hay que hacerla correr como un potro desbocado.

sábado, 21 de mayo de 2016

Menos es más


Hay una parte en mi novela que dice:

"Me volví a contar los dedos de las manos, definitivamente seguía teniendo diez." 

Cuando en el manuscrito escribí algo así como:

"Me volví a contar los dedos de las manos, definitivamente seguía teniendo diez, de estos sólo se necesitan tres o cuatro para escribir dependiendo de la forma de agarrar el lápiz. El meñique funciona como eje de apoyo pero hay quienes escriben a mano alzada, si es que todavía hay quien utilice el cuaderno de notas para hacer los borradores. En lo que a mi respecta el uso de la computadora despersonaliza la labor del escritor. A mi me gusta acabar con las uñas mugrosas y los dedos manchados de grafito, salpicado por las basuritas que deja la goma de migajón."

Momento me dije, ¿ahora en tu novela te vas a poner a dar clases acerca de la forma correcta de agarrar un lápiz? ¿Qué le importa al lector si te gusta bañarte en la basurita que deja el sacapuntas? ¿Qué les importa si prefiero las libretas llenas de garabatos antes de sentarme frente a Word?

No se trata de llenar párrafo tras párrafo con un montón de palabrería que aburriría al lector. Menos es más. Lo esencial es lo mejor.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Lo difícil es empezar


Una vez que tienes el inicio lo demás es fácil. Como coser y cantar. A veces siento que la novela se escribe sola, bueno, no en realidad. Creo que escribí dos o tres inicios distintos hasta dar con el que me gustaba, los otros eran muy malos. No sólo eso, además hay que revisar y corregir, aunque hay quienes me han aconsejado que eso lo deje hasta el final, y creo que tienen razón, pero en ocasiones me obsesiono tanto con mi trabajo que me encuentro regresando a los mismos párrafos una y otra vez. No estoy contento sino hasta leerlo como me gustaría encontrarlo en cualquier otro autor que no fuera yo. 

Para darle el tono apropiado debería estar leyendo a John Fante, Bukowski, Pedro Juan Gutiérrez, el Burócrata de César Chowell, Kennedy Toole... ¿Qué hago en lugar? Estoy con un librito de Gutiérrez Nájera, que tampoco es malo.

Pasa que una vez que empiezo con un libro no puedo parar a menos que sea muy malo. Cosas que he dejado de lado: algún par de best sellers, la filosofía de Jean Paul Sartre, y varias cosas de poesía nacional, más que nada porque soy demasiado bruto como para entenderla.

Aquí la cosa es que mi personaje principal es un poeta, creo que como tal debería tener un repertorio mucho más amplio que el mío...

¿Alguna sugerencia?